Alejandro Echeverría

Desde la invención del medio en la década de 1830, la fotografía rivalizó con la pintura. Ofrecía una reproducción más directa del mundo observado y lo hacía de forma más rápida y económica. No obstante, estaba en deuda con la pintura: los primeros daguerrotipos y los paisajes a la albúmina seguían las convenciones desarrolladas durante el Renacimiento. Con el tiempo influyó en su rival, como lo evidenciaron los sujetos fragmentados, las composiciones asimétricas y los close-ups de tantas pinturas modernas. Durante el siglo XX, la abstracción en la fotografía y en la pintura se desarrollaron de la mano, hasta el punto de que resultó fácil trabajar en ambas (como lo hicieron El Lissitzky, por ejemplo, o Ellsworth Kelly).

Las imágenes vibrantes y nítidamente enfocadas de Alejandro Echeverría involucran ambas tradiciones pictóricas: son inseparables de las historias de la fotografía y de la pintura. En tanto documentos que registran muros específicos—encontrados por el artista recorriendo las calles de Oaxaca—pertenecen a una larga historia de representación, especialmente en México. Edward Weston quedó fascinado con los murales de pulquería mientras revelaba plata-gelatina en los años veintes del siglo pasado; unas décadas más tarde, Aaron Siskind viajó por el país capturando composiciones abstractas en blanco y negro que recordaban el trabajo de pintores como Franz Kline y Raymond Haines. Y tan pronto como estuvo disponible la película en color, los artistas se propusieron capturar las paredes con brillantes paletas de la nación—desde las fachadas pueblerinas a la depurada arquitectura de Luis Barragán—hasta el punto en que el tema se convirtió en un cliché en la historia de la fotografía mexicana.

No obstante, ninguno de estos artistas se acercó al nivel de abstracción que vemos en las fotografías de Alejandro Echeverría; un destilado de formas recurrente a lo largo de la historia de la pintura de posguerra como en Josef Albers, Mark Rothko o Vicente Rojo. Durante las últimas tres décadas, ha extraído de manera constante y cuidadosa los detalles más irresistibles de paisajes urbanos extensos y desordenados de Oaxaca, recordándonos la importancia del encuadre, pues recorta y compone con su lente, no en el cuarto oscuro. Los elementos contextuales—puertas o ventanas, letreros y otros residuos—están ausentes, aunque algunas fotografías incluyen un rastro ocasional de graffiti. En cambio, estas obras se centran en cualidades pictóricas, como la pincelada y el gesto, la textura y el goteo, las capas y las siluetas. Las fotografías de Echeverría son lienzos efímeros y accidentales, campos de color que flotan cómodamente entre los hechos cuidadosamente observados y el mundo de la imaginación.

— James Oles, curador.

Alejandro Echeverría (Oaxaca, México. 1958). De formación autodidacta, Echeverría ha fotografiado por 30 años el entorno urbano de la capital de Oaxaca. Con sus composiciones abstractas que describen el color, la línea y la textura ha conformado tres series: Suturas de una Ciudad, Huellas de papel y Espacios de Trabajo.

Echeverría ha participado en más de 60 exposiciones. Destacan sus individuales en el Museo Arte Contemporáneo de Oaxaca, Centro Cultural Santo Domingo, Museo Universitario del Chopo, Museo de Arte Contemporáneo Ateneo de Yucatán, Faro de Oriente CDMX, Centro Cultural Casa Lamm, L'Entrepot París y Lux Art Gallery Tieste, Italia.

Participó en la magna exposición "Mexichrome, fotografía de color en México” curada por el doctor en historia de arte James Oles en el Museo del Palacio Nacional de Bellas Artes en la ciudad de México; Lu ́ Biaani, Francisco Toledo y la fotografía, curada por Alejandro Castellanos, en el Colegio de San Ildefonso, Centro Cultural Cabañas, Guadalajara y Museo Amparo de Puebla.

Su obra se ha publicado en diversos medios, incluyendo México Desconocido y Tierra Adentro; sobre ella han escrito Patricia Mendoza, Carlos Blas Galindo, Jorge Pech y James Oles, entre otros. Pertenece a las colecciones del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, Museo de Filatelia y Biblioteca Henestrosa, Museo de los pintores Oaxaqueños en la ciudad de Oaxaca, Fundación del Centro Histórico de la CDMX y Fundación Mautner–Austin, Texas; entre otras.